domingo, 27 de noviembre de 2011

Alberto Garzón, activista y diputado de IU: “El nivel de madurez del 15-M es muy escaso”

Alberto Garzón, 26 años, formó parte activa en muchas de tantas asambleas que el Movimiento 15-M ha llevado a cabo a lo largo de estos seis meses de vida. El economista es uno de los pocos indignados que prefirió meterse en el sistema para poder cambiarlo. Bajo esta premisa, ya forma parte de la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC) y es el diputado que Izquierda Unida ha recuperado por Málaga. Fundador del germen de la indignación, reconoce ante El Confidencial que el Movimiento necesita ordenarse y madurar si no quiere morir medio año después de haber nacido: “El nivel de madurez del 15-M sigue siendo muy escaso”.

Los indignados pasaron del éxito más absoluto a la nada en dos jornadas del reflexión: las que separan el 22-M del 20-N. Si la víspera de las elecciones municipales el 15-M consiguió colapsar todos los centros de las principales ciudades europeas, el grito que el Movimiento volvió a lanzar para las generales no replicó en ningún lado. Para Garzón, el fallo de los activistas fue no fijar objetivos claros, no marcar las metas a alcanzar y manifestarse sin unificar pensamientos. “Hay grupos tan heterogéneos dentro del mismo paraguas que es imposible enviar un mismo mensaje que cale en la sociedad y que conciencie a los políticos”.

Para la reforma de la ley electoral, el único punto en el que parece que todos están de acuerdo, tampoco se ha conseguido cerrar una solución. “Unos proponen el voto en blanco, otros el nulo, hay quien aconseja no votar al PP ni al PSOE. Pero no hubo ninguna propuesta firme ni unificada”.

Consciente de que el 15-M se desinfla, Garzón considera que uno de los puntos flacos del Movimiento es haberse centrado única y exclusivamente en tomar las calles de todas las ciudades. “Ha llegado la hora de ejecutar un cambio ordenado. El 15-M debe madurar, si no corre el riesgo de estancarse, de ser demasiado ingenuo”. El ya diputado reconoce que las reglas de un país no se pueden cambiar solo tomando las calles. “Nos guste o no, los políticos van a seguir gobernando, y van a seguir tomando sus decisiones con el apoyo que necesiten”.

Por eso él aceptó la proposición de IU de encabezar su lista por Málaga, para convertir en realidades las reivindicaciones que escucha en la calle. “Llego como parte activa de las Cortes Generales con un primer objetivo: paralizar los desahucios y las ejecuciones hipotecarias. Propondré al Gobierno que se implante alguna medida que garantice que ninguna familia se quede en la calle sin casa, si no puede pagar la suya”.   

Colaborar con las instituciones
Para tomar posiciones de cara al futuro, Garzón propone a los indignados participar más activamente con otras organizaciones y colaborar más estrechamente con ellas para intentar cambiar las cosas. “Estamos en una gran guerra y tenemos distintos frentes donde podemos luchar: institucional, sindical, la calle… pero no solo en la calle”. 

Con Mariano Rajoy a punto de ser investido como presidente del Gobierno, el diputado adelanta a los activistas la que se avecina: “Que nadie sea iluso: el PP va a aplicar toda la política de recortes que inició el PSOE, y se va a ampliar la pobreza, la desigualdad, la frustración social. Que no os engañen: no va a resolver el desempleo, por lo menos a corto plazo”, vaticina.

Todavía no está todo perdido. Garzón anima a los indignados a que recuperen la fuerza perdida por el camino de cara a las futuras crispaciones que se respirarán en la calle “una vez que la población civil sea consciente de que la solución no era el cambio de Gobierno”. Para muestra, un ejemplo: “¿Con quién se ha reunido Mariano Rajoy la primera semana de ser elegido presidente? Con los banqueros. No os olvidéis que es el poder político el que está subordinado a la economía, y no al revés”. Aviso de economista y diputado.  

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